Lejos de las líneas marcadas y perfectas, la nueva forma de delinear apuesta por la suavidad. Aplicar el lápiz dentro del ojo y difuminar ligeramente los bordes genera un efecto óptico de mayor amplitud y aporta profundidad sin endurecer los rasgos. Es un recurso fácil, rápido y perfecto para quienes buscan verse más descansadas con un resultado natural.
La clave está en no buscar precisión extrema sino un acabado más orgánico, casi intuitivo. Ese pequeño “desprolijo” controlado aporta frescura y hace que la mirada se vea más abierta y luminosa.
El poder del color: cómo elegir el tono que más favorece

Aunque durante años el delineador blanco fue considerado el gran aliado para agrandar los ojos, hoy se priorizan tonos más suaves, empolvados y armónicos con la piel. Los matices beige, nude o con un sutil dejo verdoso ayudan a neutralizar pequeñas rojeces y aportan luminosidad sin que el color resulte evidente.
Este tipo de tonos genera un efecto óptico de mayor apertura, pero con un resultado mucho más natural y elegante. La mirada se ve despierta, clara y expresiva, sin el contraste marcado que a veces puede dar un tono demasiado claro o brillante.
Para potenciar aún más el resultado, podés extender apenas el delineado por fuera del ojo y difuminar suavemente con la yema del dedo o una brocha pequeña. Este paso suma dimensión, integra el color y logra un acabado más prolijo pero relajado, perfecto para un maquillaje cotidiano y versátil.
Cómo aplicar la técnica paso a paso

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Prepara la zona: limpiá y, si querés, aplicá una gotita de corrector o base en la línea de agua para unificar el tono y ayudar a que el delineador se vea parejo.
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Elegí el lápiz correcto: optá por un tono claro y empolvado (beige, nude o un verde muy suave) que se funda con tu piel y neutralice rojeces.
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Delineá con suavidad: trazá una línea muy fina en la línea de agua inferior, sin presionar demasiado. La intención es iluminar, no aportar un bloque de color.
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Difuminá ligeramente: con la yema del dedo o una brocha muy pequeña, difuminá el trazo hacia fuera para que se funda con la piel y no quede rígido.
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Sumá dimensión: si querés más efecto, repetí el trazo en el párpado superior cerca de la base de las pestañas y difuminá de la misma manera para crear profundidad sin dureza.
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Rematá con máscara y sombra sutil: una capa ligera de máscara y una sombra neutra que enmarque el ojo completan el look sin recargarlo.

